Vulnerables los más jóvenes a accidentes automovilísticos

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En México hay alrededor de 4.5 millones de jóvenes que cursan la educación media superior y de estos, muchos inician su experiencia al volante durante este periodo, pero también, muchos han sufrido las consecuencias de los accidentes automovilísticos.

El Centro de Experimentación y Seguridad Vial México (Cesvi), establece que en años recientes el detonante de la tecnología y un mal uso de ésta al conducir, han contribuido al aumento de accidentes automovilísticos, particularmente de los jóvenes estudiantes.

Cada año mueren unos 400, 000 jóvenes menores de 25 años en las carreteras de todo el mundo: un promedio de 1049 al día, advierte el Cesvi.

La juventud y la responsabilidad a veces no suelen combinarse correctamente y las consecuencias pueden llegar a perjudicar la vida de terceros, sólo por cuestiones de imprudencia y abuso. Debido a que se encuentran en la etapa de “no pasa nada”, no saben medir cuando un riesgo es fatal y no solamente un reto a superar.

Por eso presta atención a los errores más comunes que cometen los jóvenes al conducir:

Hablar por teléfono celular – Recuerda la frase de que solo basta un segundo para distraerte y causar un accidente, ahora imagínate si centras tu atención a una llamada o responder mensajes mientras conduces.

Cuando hablas por teléfono celular ignoras el 40% de las señales de tránsito. Además el ritmo cardíaco aumenta durante la llamada y se tarda más tiempo en reaccionar ante cualquier situación.

Ver programas – Si eres de los que le integraste un dispositivo extra a tu vehículo para ver programas, perteneces al grupo de los inconscientes y evidentemente, no tienes respeto por la vida de los demás.

Recostar el asiento del piloto -Esta acción reduce el confort al conducir y el campo visual disminuye en un 35%.

“Las carreritas carreteras” – Conducir a alta velocidad la percepción de las cosas cambia y el riesgo de sufrir un accidente aumenta en 150%, sobre todo si piensas que por ir en carretera todo es posible.

Conducir descalzo – Se pierde la sensibilidad al pisar los pedales.

Separar en exceso el asiento de los pedales de conducción – Puede crear fatiga y originar lesiones cervicales en caso de choque.

Conducir con exceso de pasajeros, con ruido y distracciones dentro de vehículo – Aumenta el 15.6% el tiempo de reacción para pisar el freno ante una eventualidad.

Gustar de frenar en exceso y propiciar arranques para “quemar” llanta – Afecta la salud física así como de las demás personas, creando enfermedades bronco-respiratorias, asma y hasta cáncer pulmonar.

Maquillarse e ingerir alimentos durante el trayecto – Mujeres, cuando se trata de responsabilidad la vanidad puede esperar. Los traumatismos causados por el tránsito representan el 23 % de las muertes por traumatismo en el mundo.

Manipular el radio o los aparatos de música – Se pierde un tiempo entre 5 y 6 segundos en reaccionar.

Conducir cansado – después de haber ingerido bebidas alcohólicas o incluso drogas. Aproximadamente el 50% de los accidentes de tránsito están relacionados con el consumo de alcohol y drogas.

No respetar límites de velocidad y desconocer los señalamientos más frecuentes – Aumenta el riesgo de sufrir un accidente en un 80% y se pone la vida en peligro propia y de terceros. En México fallecen alrededor de 5 mil peatones al año.

No utilizar el cinturón de seguridad – Usar el cinturón hace la diferencia entre vivir o morir, el cinturón de seguridad reduce un 60% la posibilidad de morir en un accidente de tránsito.

En general en la etapa de juventud se suelen realizar maniobras imprudentes como cambios bruscos de carril, no guardar distancias adecuadas y conducir en contravía cuando se tiene prisa. Cuidar la vida es responsabilidad de todos.

Más del 90% de los accidentes de tránsito son ocurridos por el factor humano, y a nivel mundial, los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte en el grupo de 5 a 29 años.

En este contexto, solamente queda reforzar la educación vial y concientizar a profundidad a todos los jóvenes que las conductas irregulares al conducir pueden tener pérdidas y no precisamente, las económicas.

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